Esta es la autobiografía de una mujer poeta, feminista, revolucionaria, que además es madre, lesbiana, fotógrafa y editora, sobreviviente del incesto y del puñado de revoluciones políticas latinoamericanas de las que activamente participó. Nacida en Nueva York en 1936, a mediados de la década de 1950 se vincula con el expresionismo abstracto, el movimiento beat y la contracultura de izquierda, trincheras desde donde resiste el clima de asfixia intelectual provocado por el macartismo. Fuga a México, donde conoce al poeta Sergio Mondragón, y juntos fundan la mítica revista bilingüe de poesía El Corno Emplumado; también se compromete con la lucha del movimiento estudiantil, al punto que en 1969 se ve obligada a separarse de sus cuatro hijxs y pasar a la clandestinidad. Vivirá refugiada en Cuba la segunda y más encantadora década de la revolución, viajará a Vietnam del Norte durante los últimos meses de la guerra de Estados Unidos en ese país y trabajará junto a Ernesto Cardenal en el Ministerio de Cultura de Nicaragua luego del triunfo de la revolución sandinista. A su regreso a los Estados Unidos, en 1984, el gobierno de Ronald Reagan le niega la ciudadanía y ordena su deportación alegando su “escritura subversiva”. ¿Qué hace a una vida subversiva? ¿Qué la vuelve intensa y digna de ser vivida? Nunca me fui de casa no solo narra la vida singular de una mujer extraordinaria, sino que es también la historia colectiva de una generación que supo de resistencias e imaginaciones, de fugas, apuestas y derrotas.