De las andanzas con gomeras a las venganzas con alambres de púa, entre pistoleros de verdad y luego de ficción, de La Boca a Quilmes, de Quilmes al Docke. De los códigos de la calle a los códigos de Okupas. Una infancia de perros fieros, una madre amorosa, una soledad insoportable. Noches de baile, romances prohibidos y viejos tumberos. Los turros y los boquita de nylon. La vida antes y después de la televisión. El comedor y Maradona. Los que ya no están. "Me acuerdo de cosas que me pasaron cuando tenía dos o tres años", dice Dante Mastropierro mientras emprende un emocionante, furioso, divertido y siempre honesto recorrido por el pasado. "Me gustaría no acordarme de todo pero las cosas están ahí, en mi cabeza. Después de hacer del Negro Pablo en Okupas, muchos me decían: che, con las historias que viviste, tendrías que hacer un libro. Pero, más allá de los recuerdos, lo importante para mí es no olvidarme de dónde salí, de dónde vengo, de dónde soy".