Nueve de cada diez argentinos vivimos en ciudades. Pero gran parte de nuestra economía doméstica aún depende de lo que pasa en el campo. En este marco, medios masivos auspiciados por los ganadores del agronegocio nos ofrecen representaciones armónicas y modernizantes de empresas en red, que alimentarían al mundo sin perdedores ni conflictos. Pero poco y nada conocemos acerca de quiénes levantan verdaderamente las cosechas, ni mucho menos cuánto del éxito de aquellos empresarios dependió de trabajadores invisibilizados por el ideario dominante. Las cosechas son ajenas viene a reponer el rol que jugaron los obreros asalariados en la expansión agrícola reciente. Y a través del análisis de gran cantidad de testimonios y fuentes documentales, arroja luz sobre su historia; qué parte de las cosechas que queda en sus manos; la complejidad de sus condiciones de trabajo y su modo de vida; cómo se perciben así mismos y a su mundo; así como sus diversas formas de resistencia. Villulla hace un aporte clave para comprender las transformaciones recientes en la agricultura, a través de la exploración de un sujeto social que hasta ahora se había mantenido fuera del radar de las más variadas vertientes teóricas de la sociología rural, la historia agraria o los estudios sobre el movimiento obrero.