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Descripción

El siglo veinte fue para los intelectuales el siglo de los fascismos rojo y pardo del que pocos pensadores resultaron indemnes… Numerosos filósofos pusieron su inteligencia al servicio de dos barbaries. Sin embargo, en ese renunciamiento a la razón, existieron conciencias refractarias. Mientras que el PCF suscribe el Pacto germano-soviético (23 de agosto de 1939 - 22 de junio de 1941) y hace de la política de colaboración con el ocupante alemán una prioridad decidida por Moscú, Georges Politzer, judío y comunista, inaugura la resistencia intelectual desde 1939 y luego la resistencia armada, antes de morir en 1941 bajo las balas de un pelotón de ejecución. Contra Bergson, a quien coloca del lado de los belicistas y del ocupante, celebra un Descartes que inaugura la filosofía de la Ilustración concluida por Marx y el marxismo.

Nizan, también comunista, se muestra reacio al Pacto: lo comprende en lo que respecta a la URSS, que defiende su supervivencia, pero en lo concerniente al PCF... Marxista secretamente decepcionado por la Unión Soviética, Nizan encuentra en Epicuro lo que Marx, el marxismo y la Rusia bolchevique no le ofrecen: razones para vivir sabiendo que tendremos que morir... Camus, por su parte, fue comunista el tiempo que duró la lucha del Partido por la descolonización: cuando el PCF obedece a Moscú, que declara nula y sin efecto la lucha por la descolonización con el propósito de resaltar la lucha antifascista, en 1937, deja el Partido al que se había unido en el verano de 1935. Se opone a los totalitarismos pardo y rojo en nombre de un socialismo libertario silenciado y ridiculizado por la crítica sartriana, que solo conoce del socialismo su versión cesariana y de alambres de púas.

Simone de Beauvoir y su compañero Jean-Paul Sartre construyeron una leyenda en las antípodas de su experiencia durante la guerra: no encontramos ningún rastro de su resistencia proclamada por doquier, en cambio, disponemos de pruebas contundentes que expresan lo contrario... Beauvoir pasa por alto la Resistencia –pero también el feminismo que ella critica en El segundo sexo. Finalmente, el feminismo hará más por este libro que lo que este ha hecho por él. El PCF se ensañará contra este libro que, refractario en este sentido, deconstruye la dominación masculina...