Luminoso ejercicio de imaginación, La torre sin fin narra una aventura cuyos desenlaces pertenecen al sueño, a las menos sospechadas regiones, climas y peripecias que los sueños habilitan. Leandro, el protagonista, se asoma al igual que las criaturas de Lewis Carroll -como Alicia, como Sylvia, como Bruno- a un aspecto fantástico de lo real que no niega la realidad. Cada una de sus experiencias, que incluyen un enfrentamiento con el Diablo, es parte de una suerte de rito de pasaje de la niñez a la adolescencia, narrado con una prosa resplandeciente. El genio imprevisible de Silvina Ocampo compone así un relato -publicado casi secretamente en España en 1986 y desconocido en nuestro país hasta su primera reedición en 2007- en el que la sutileza perceptiva y la captación psicológica nos conducen paso a paso por un territorio y un tiempo legendario, inolvidable.
«Lleva Silvina en las páginas de sus cuentos una atmosfera que le es propia, donde las cosas más disparatadas, más incongruentes, están cerca y caminan abrazadas, como en los sueños.»
Victoria Ocampo