La sierva, consagrada en 1993 por la Fundación el Libro como la mejor obra publicada en 1992, cuenta la relación intensa, apasionada entre una sirvienta, Lucrecia, y un juez de la nación, Saúl Bedoya, en el Buenos Aires de la segunda mitad del siglo XIX. A través de la relación de estos personajes, Rivera indaga el mundo del poder, la política, la corrupción y los vericuetos del alma humana. En todo juego de dominación hay relaciones de poder, y ésta es la que une a estos dos personajes. Una relación enfermiza que se crea a partir del momento en que Bedoya, ante el asesinato de un patrón de chacra italiano, condena al autor material al encierro, mientras que exonera de toda culpa a Lucrecia, fascinado por su belleza y su temperamento salvaje, dejando de lado que la sirvienta del difunto es la instigadora y autora intelectual del crimen. El costo para Lucrecia será el acatamiento a todos los caprichos y perversidades sexuales de su dueño. Juegos peligrosos de dominación y sometimiento que no sólo los involucra, sino que incluye a aquellos seres que se atreven a interponerse entre ellos. La escritura austera y contundente de Rivera es funcional a esta oscura historia de amores y crímenes, en el marco histórico y fundacional de la Argentina. La sierva, es sin lugar a dudas, otra novela fundamental de un escritor insoslayable.