Un guion no es una película. Un rodaje no es una película. Pero una película no sería una película si no fuera por un rodaje. Y muchas veces la idea previa de cada uno de los integrantes del equipo de qué es de lo que se trata un rodaje o cómo se supone que sea, se lleva todo puesto y hace que aquello que se espera con tanta ansiedad se convierta en una sucesión de malosentendidos.
Lara Sade y Camila Telleria (una escribe, la otra dibuja) estuvieron ahí, lo saben, y lo han entendido. El tono observador, no frío, comprometido, de quien está completamente adentro pero aún así puede ver, y opinar, y hacer reír, con el absurdo en el que muchas veces se convierte esta ambición humana de representar, hacen de este libro uno muy bueno, particular y poco transitado.
ROMINA PAULA