Con el diseño social pasa algo parecido a lo que sucedió a San Agustín cuando le preguntaron sobre el tiempo: “si no me preguntan sé, si me preguntan no sé”. Cuando se lo menciona, todos saben de qué se trata pero en cuanto comienzan a plantearse preguntas tan sencillas como ¿acaso no todo diseño es social? o ¿es diseño social si se busca ganar dinero?, las ideas ya no son tan claras y el terreno se vuelve resbaloso. Este libro tiene la osadía de llamarse Diseño social e ir a la búsqueda de algunas respuestas. Una mirada a vuelo de pájaro mostrará tal variedad de producciones, que rápidamente llevarán a concluir que, para las autoras, diseño social no es algo homogéneo ni unívoco sino, por el contrario, un tipo de práctica que incluye diferentes áreas, géneros y concepciones del diseño. Si algo une a estas producciones permitiendo juntarlas en un libro es la convicción que alienta en todas acerca de que, justamente por el carácter social del diseño, por su participación en la configuración de los modos de vida, ambientes, imaginarios y subjetividades, no debe soslayarse la responsabilidad que eso implica. De quienes la asumen, se ocupan los ensayos recopilados en esta obra.