Toda crónica de una revolución debe ser revolucionaria. La máxima se cumple con este gran hito de la no ficción en la literatura universal. Diez días que estremecieron al mundo de John Reed fue una experiencia política y humana que, al mismo tiempo, hace historia y es, desde el estilo, la sensibilidad y el ritmo, un texto contemporáneo. Los personajes de Reed son tan humanos y próximos como el mozo que nos sirve el café a la mañana.
En este libro hay empleados gastronómicos rusos, damiselas de provincia que llegan a estudiar francés a San Petesburgo, empleados de subte, obreros de todo tipo, militares conversos. En esta crónica, Trotsky y Lenin transpiran, huelen, pecan. Los rusos se llevan puesto el mundo, en su voracidad por cambiar el régimen, y el autor persigue la verdad hasta corriendo en dirección a las balas.
Obra fundamental y fundante del periodismo narrativo, en sus páginas se encuentra la combinación precisa y luminosa de todos los recursos literarios posibles. Quizás ningún otro texto de no ficción haya mostrado de manera tan magistral cómo se despierta una sociedad en solo diez días. El libro inquieta; la revolución acecha.